La artillería naval es el conjunto de armas de guerra de un buque pensadas para disparar a largas distancias empleando una carga explosiva impulsora.
MECANISMOS DE CUÑA Y DOBLE CUÑA.-
Los mecanismos cuña y doble cuña consisten por lo general, no solo en barrenar la pieza en toda su longitud, sino también en practicar un taladro en la parte posterior, perpendicularmente al eje, en cuyo taladro entra la cuña o doble cuña, con la que ha de cerrarse el ánima una vez cargado el cañón. En los sistemas de esta clase ha de ser la cuña fuertemente comprimida en el acto de hacer fuego, sin que esta circunstancia sea después un inconveniente para poderla retirar con la indispensable facilidad.
Sistema Cavalli:
El ánima del cañón, cilíndrica en toda su longitud y abierta por la culata está taladrada en sentido perpendicular, o sea paralelo al eje de muñones, por una cavidad de sección rectangular. La referida cavidad está dispuesta para recibir una pieza llamada cuña (fig. 127 y 128), con la que se cierra perfectamente el ánima por la parte posterior, permitiendo su forma se le ajuste y fuerce cuando es preciso, a fin de no dejar paso a los gases que provengan de la combustión de la pólvora.
La cara anterior de la cuña, una vez colocada es perpendicular al eje del ánima, y la posterior, inclinada respecto a ésta en 1/8 que es el coeficiente del rozamiento entre el hierro forjado y el fundido. Las superficies de contacto entre la cavidad transversal del cañón y la cuña deben engrasarse de vez en cuando, para facilitar la introducción y extracción de esta última en el acto y después de cargar. Colocada la cuña en su debida posición antes del tiro, su cara anterior se apoya directamente en un anillo de cobre, en que terminan las paredes del ánima por esta parte, y el cual sobresale hacia atrás unos siete milímetros aproximadamente.
Para evitar la acción inmediata sobre la cuña de los gases de la carga, se interpone un pequeño cilindro de fundición tapón o culote, que por su cara anterior presenta una cavidad en forma de casquete esférico, y por la posterior un encastre, donde con media vuelta se atornilla un vástago de hierro que sirve para colocarlo y extraerlo. Cargada la pieza o sin cargar, se cierra por la parte posterior de la culata con un tapón o sombrerete de hierro convenientemente asegurado.
Sistema Kreiner:
Dividida el ánima del cañón en tres partes de distinto diámetro, corresponde la primera a la extensión que ocupan las rayas; la segunda al sitio donde se coloca la carga, y la tercera o posterior, de forma prismática exteriormente, es la destinada a recibir el mecanismo de cierre. Se compone el mecanismo de dos partes que son: las cuñas, que en contacto con sus superficies y deslizándose la una sobre la otra, pueden anular el viento, obteniéndose un ajuste perfecto.
Para dar movimiento a las cuñas, sirve la manivela de bronce que entra a rosca en el pistón o tornillo en que termina la cuña posterior, al mismo tiempo que los filetes longitudinales que tienen aquellas, corren por las ranuras o canales de conducción de su alojamiento. La cuña como partes esenciales, además de los brazos y vástago, el disco y el resalte para hacer avanzar y retroceder la cuña posterior, anulando el viento y limitando el adelanto de la anterior u obturatriz por medio del disco y la salida, con el tornillo de tope que engrana en la ranura y que a este objeto tiene la posterior.
Sistema Krupp:
Considerado muy justamente como uno de los más perfectos el sistema Krupp, es bastante parecido al prusiano, del que se diferencia esencialmente por ser la cuña de una sola pieza, y por la aplicación del anillo obturador de Broadwell, cuyos resultados son inmejorables.
El cañón está taladrado de uno a otro extremo de su eje, y la parte posterior o culata es prismática con una cavidad, cuya cara anterior, paralela al eje de muñones y perpendicular al del ánima, sirve de alojamiento a la cuña.
Dicho alojamiento tiene dos ranuras y la porción de una tuerca abierta en el macizo de la referida culata. En comunicación con la recamara, hay un rebajo donde se adapta a presión el anillo obturador de Broadwell.
Siendo esféricas las superficies en contacto de recamara y anillo, por cuya ingeniosa disposición, aunque éste se inclinase algún tanto, aquellas quedarán siempre ajustadas. La cuña se construye de una sola pieza de acero y está formada de una parte cilíndrica y de la prismática, que es verdaderamente la que constituye la cuña.
La cara anterior de la cuña tiene un estuche o mortaja donde se ajusta y coloca el platillo obturador, el cual lleva en su base anterior un rebajo de cierta profundidad y de un diámetro algo mayor que el de la recamara, y en la opuesta un pequeño hueco donde penetra una espiga que hay en la cuña.
Sistema Broadwell:
Después de lo dicho con respecto al sistema Krupp, solo basta ver las figuras 165 y 166, para observar las ligeras variaciones que ofrece el de Broadwell, consistiendo la más esencial en la forma de la cuña o pieza de cierre y en carecer el taladro o huevo de carga, de la virola o tubo que tiene el de Krupp. El husillo de la referida cuña parece que no tiene el filete cortado, y el conjunto es indudablemente más sencillo y aceptable si en el servicio ofrece la misma seguridad.
MECANISMOS DE CERROJO.-
Los mecanismos de cerrojo son tan semejantes a los de cuña, que unos y otros suelen designarse indistintamente por sistemas de cuña y cerrojo; sin embargo, el verdadero cerrojo debe ser cilíndrico, haciendo su posición invariable con auxilio de una rosca o de otra manera pronta, sencilla y fácil de manejar.
Sistema Wahrendorff:
El sistema o retrocarga propuesto en Suecia por el varón Wahrendorff, al mismo tiempo que el de Caballi, está reducido a un cilindro obturador, que se introduce por la culata en dirección del eje de ánima de la pieza, sujetándola en esta posición por otro cilindro que atraviesa el cañón perpendicularmente al primero y lo retiene contra el esfuerzo de los gases de la pólvora. A pesar de su sencillez que a primera vista ofrece este sistema, es evidente que no puede manejarse con la prontitud necesaria.
El cañón está barrenado en toda su longitud desde la boca a la culata, en cuya extensión presenta tres partes de distinto diámetro; la primera de menor calibre, comprende la longitud de las rayas, y es propiamente dicho el ánima, la segunda de mayor diámetro que ésta, y a la que está unida con una ligera inclinación cónica, sirve de emplazamiento a la carga; y la tercera, de mayor diámetro que las precedentes, forma el extremo posterior de la culata y facilita el manejo que la carga y mecanismo de la pieza requieren para su uso.
Para cerrar el ánima por la parte de la culata, como muestran las figuras 137, 138 y 139, de hierro, asegurada por medio de una clavija, que puede girar a charnela sobre el cuerpo de la pieza, permitiendo por una abertura rectangular, el paso de las ramas o parte prismática del cilindro del obturador, después de extraído el transversal, quedando alojada en su interior la parte cilíndrica, y pudiendo girar así a la izquierda para dejar franca la entrada del ánima.
Este sistema, aunque ingenioso, no reúne la sencillez que fuera de desear, y adolece casi de las mismas contras que la mayor parte de los de su clase, a pesar de lo cual estaba en uso en Prusia en un gran número de piezas de campaña.