La artillería naval es el conjunto de armas de guerra de un buque pensadas para disparar a largas distancias empleando una carga explosiva impulsora.

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LA ARTILLERÍA NAVAL EN LA GUERRA HISPANO AMERICANA DE 1898.

Eran motivos de controversia, la eficacia de los cañones de distintos calibres, bajo el aspecto de su aprovechamiento útil en el fuego; la sanción práctica de los cañones de tiro rápido, las ventajas e inconvenientes de la pólvora con humo y sin humo en los combates de escuadra a escuadra, de barcos con baterías, o en batalla campal; el empleo de los torpedos, torpederos y destroyers, el uso de los proyectores eléctricos para iluminar amplias zonas marítimas y terrestres desde grandes distancias; la aplicación de los monitores y baterías flotantes en la defensa de los puertos; la manejabilidad de los proyectiles cargados con explosivos fuertes, y como caso  particular, los cañones neumáticos, capaces de lanzar sin riesgo enormes cantidades de dinamita, cañones que entran en el armamento de algunas plazas de los Estados Unidos, tales como las de New York y San Francisco de California, y que también lleva un barco experimental, el “Vesuvius”, que jugó algún papel en barrear la boca del puerto de Santiago de Cuba; el uso de los globos militares , y de otros mecanismos de guerra teóricamente discutidos.

guerra vesuvius
USS Vesuvius  Referencia: http://www.histarmar.com.ar/InfGral/USSVesubius.htm

En la puja permanente entre el proyectil y la coraza, se presentaban, como punto culminante, las planchas de acero Harvey, que la fama había ensalzado por encima de todas las otras conocidas; y en cuanto a la defensa de las plazas costeras, se esperaban enseñanzas del combate de la escuadra americana con alguna relativamente bien fortificada, para poder comprobar datos sobre calibres; dotaciones; agrupación de piezas; distancias usuales de tiro; influencia de las cotas de nivel de las obras; resistencia de las grandes masas cubridoras de arena, tierra y cemento armado; acción del fuego curvo sobre las cubiertas acorazadas de los buques modernos; sistemas telemétricos, entre los cuales se presentaba en actividad el eléctrico del Teniente americano Fiske, que funciona en los buques de la escuadra yankee; las minas submarinas; la iluminación eléctrica de los repuestos para el municionamiento y de las superficies marítimas batidas por los cañones para evitar las sorpresas y apuntar de noche; todo aquello, que faltaba por ver en el verdadero aspecto fundamental, en el campo de batalla, donde surgen dificultades imprevistas que se escapan al más perspicaz teorizante.

Prescindiendo ahora de los detalles del encuentro más tremendamente trágico, del combate naval de Santiago de Cuba, y señalando únicamente la cantidad de fuerza, resulta, hasta en este hecho, superioridad tan abrumadora por parte del enemigo, que no permite llegar a conclusiones precisas, que deban admitirse sin réplica y que sean convincentes y decisivas y que señalen las características del combate naval del porvenir, porque es poco probable que puedan volver a presentarse casos semejantes en que el desequilibrio sea tan marcado.

COMPARACIÓN DE FUERZAS:

El teatro de las operaciones en la guerra hispano-americana, puede decirse que era el mundo entero, puesto que comprendía a España, Cuba, Puerto Rico y Filipinas, los Estados-Unidos, las costas de esos países, el Océano Atlántico, el Océano Pacífico, el mar Mediterráneo, el mar de las Antillas y el mar de la China. Abarcar el dominio de todos esos lugares, sin escuadra poderosa y bien situada, era empresa loca.

Da tristeza comparar ahora lo que el enemigo reunía con lo que a nosotros nos faltaba. Hemos de hacerlo, aunque nos pese, ligeramente, pasando muy de largo, para recorrer pronto, deprisa, esas tristezas, esas amarguras, que, ya que no tienen remedio, pueden al menos servirnos, de escarmiento para impedir con buenas medidas, con buena base armada de tierra y mar, que algún otro atrevido se aproveche de nuestra debilidad y nos arrebate lo que nos queda.

La cantidad de nuestro ejército en tiempo de paz se descompone así:

Soldados.-

  • Infantería                                 64.190
  • Caballería                                14.376
  • Artillería                                   11.744
  • Ingenieros                                 6.294
  • Administración Militar           1.500
  • Sanidad Militar                        2.166
  • Guardia Civil                          14.697
  • Carabineros                            14.186

             TOTAL.-                        128.153

En pié de guerra, el efectivo sube a 337.680

La fuerza que teníamos al romperse las hostilidades era:

Marzo de 1898 en Cuba.

  • Del Ejército                         151.343
  • Movilizados                          35.181

             TOTAL.-                     186.524

Mayo de 1898 en Puerto-Rico.

             TOTAL.-                           7.580

Marzo de 1898 En Filipinas.

  • Del Ejército                          10.771
  • Movilizados                          14.000

              TOTAL.-                     24.771

Después de la declaración de guerra se hicieron por artilleros e ingenieros grandes alardes, para dotar de obras de defensa a Matanzas, Cienfuegos, Cárdenas, Santiago de Cuba, y otros puertos, pero faltaba material moderno para armarlas y tiempo para realizar los trabajos, por más que el espíritu patrio que a los defensores animaba hizo verdaderos milagros.

La Fuerza total de Estados unidos:

guerra Fuerza-usa

ESCUADRAS ESPAÑOLAS:

España, si bien contaba considerable número de cañoneros y barcos pequeños, sin verdadero valor militar, destinados en gran parte al servicio de las colonias, sólo poseía, en la exacta clasificación de combate, 13 buques acorazados y 12 no acorazados.

Los dos más fuertes, Pelayo (9.917 toneladas) y Emperador Carlos V (9.235 toneladas) y las dos fragatas acorazadas, cuya antigüedad data de 35 años, Vitoria (7.250 toneladas) y Numancia (7.035 toneladas), se hallaban en reparaciones, unos en el Havre y las otras en la Seyne, cerca de Tolón.

La Vitoria y la Numancia únicamente sirven para la defensa de las costas. Hallábanse en construcción otros barcos, pero la atención principal se reconcentraba en dos cruceros acorazados, el Princesa de Asturias y el Cardenal Cisneros.

Numancia_Victoria

 

En el momento de la declaración de guerra (21 a 23 de Abril de 1898), nuestra flota se hallaba distribuida del modo siguiente:

LA PRIMERA DIVISIÓN.-

La primera división de la escuadra, en Cabo Verde, al mando del Contralmirante Cervera, compuesta de los cruceros acorazados Infanta María Teresa, Almirante Oquendo y Vizcaya (de 7.000 toneladas), Cristóbal Colón (6.840 toneladas); contratorpederos de 30 millas de andar, Furor, Terror y Plutón (380 toneladas); torpederos Ariete, Azor y Rayo (120 toneladas) y el transporte Ciudad de Cádiz.

LA SEGUNDA DIVISIÓN.-

La segunda división de la escuadra, que había de mandar el Contralmirante Cámara, no se hallaba aún constituida en aquella fecha, y debía reunirse en Cádiz, formándola el acorazado Pelayo (9.917 toneladas), el acorazado Carlos V (9.235 toneladas), la fragata acorazada Vitoria (7.250 toneladas), cruceros acorazados Alfonso XIII y Lepanto (4.876 toneladas), contratorpederos de 30 millas de andar Audaz y Osado (380 toneladas), Proserpina y Destructor (368 toneladas); torpederos Halcón (128 toneladas), Orion y Retamosa (80 toneladas) y cruceros auxiliares Rápido (antes Normandía), Patria (antes Columbia), Antonio López y Giralda.

LA TERCERA DIVISIÓN.-

La tercera división de la escuadra, se hallaba en Filipinas al mando del Vicealmirante Montojo, y la componían los cruceros no protegidos Reina Cristina (3.520 toneladas), Don Antonio de Ulloa, Don Juan de Austria y Velasco (1.152 toneladas); cruceros protegidos “Isla de Luzón é Isla de Cuba (1.045 toneladas); cruceros no protegidos Elcano, General Lezo y Marqués del Duero (500 á 560 toneladas) y fragata de madera Castilla (3.260 toneladas), más los pequeños cañoneros destinados a la vigilancia de ríos y costas.

guerra Juan-Austria
Crucero no protegido Don Juan de Austria.

LA ESCUADRILLA DE LAS ANTILLAS.-

La escuadrilla de las Antillas al mando del Contralmirante Manterola, compuesta de los cruceros no protegidos Alfonso XII (3.900 toneladas), Reina Mercedes (3.090 toneladas), Marqués de la Ensenada (1.064 toneladas), Conde de Venadito é Infanta Isabel (1.190 toneladas) y unos 50 cañoneros de pequeño porte.

ESCUADRAS AMERICANAS:

Los Estados Unidos llevaban muchos años de preparación naval, algo restringida por la ley que exigía que todos los buques se construyesen en el país, pero al declararse la guerra, abrieron un crédito de 50 millones de dólares para comprar barcos, y adquirieron fuera de Europa 64, que sumaban 111.493 toneladas, 424 cañones y 6.250 hombres. De ellos eran 11 cruceros, seis carboneros, dos talleres para reparaciones, 13 avisos, un buque-almacén, un buque-hospital, tres buques para el servicio de correos, una grúa de vapor, tres barcos faros y 14 vapores para el servicio del resguardo. Después compraron en Europa gran número de barcos.

Sin contar con esos, la flota de los Estados Unidos se componía de 16 acorazados, 15 buques de cubierta acorazada y 20 buques  modernos no acorazados de más de 1.000 toneladas, repartidos en la forma que sigue:

PRIMERA ESCUADRA DEL ATLÁNTICO DEL NORTE.-

Primera Escuadra del Atlántico del Norte en Key-West a las órdenes del Almirante Sampson, formada por el crucero acorazado New-York (8.200 toneladas), que enarbolaba la insignia del Almirante; acorazados lowa (11.410 toneladas), Indiana (10.288 toneladas); monitores Puritan (6060 toneladas), Amphitrite, Miantonomoh y Terror (3.900 toneladas); cruceros acorazados Cincinnati (3.183 toneladas), Detroit, Marblehead y Montgomery (2.080 toneladas); cañoneros Nashville, Wilmington, Castine, Machias, Vicksburg y Helena (1.370 toneladas); aviso Dolphin (1.486 toneladas); crucero dinamitero Vesubios (829 toneladas); aviso-torpedero Mayflower; barco ­escuela Bancroft (829 toneladas); torpederos Cushing (105 toneladas), Ericson (150 toneladas), Foote, Rodgers, Winslow (132 toneladas), Porter, Dupont (182 toneladas); yachts transformados en torpederos Leyden, Samoset, Eagle, Wasp, Hornet, Wasp; barcos del resguardo marítimo Hamilton, Hudson, Manning, Morill, Windon, Woodbury, Mc’ Lane, Mezinscott, Osceola, Sioux, y de los auxiliares Tecumseh, Uncas, Wompatuk, Algonquin, Mangrove, Panther, Saturu, Niágara, Sterling, Merrimac у Supply.

guerra terror

Esta escuadra se completó más tarde con el acorazado Oregon (10.288 toneladas), y la cañonera Marietta (1.000 toneladas); crucero Buffalo (antes Nictkeroy, de 1.080 toneladas), comprado en el Brasil y que debía unirse en Río Janeiro a los dos anteriores.

LA ESCUADRA VOLANTE.-

La escuadra volante, concentrada en Hampton Roads, al mando del Comodoro Schley, que se componía del crucero acorazado Brooklyn (9.250 toneladas), buque-insignia; acorazados Massachusetts (10.288 toneladas) y Texas (6.315 toneladas); crucero protegido Minneapolis (crucero corsario, 7.375 toneladas), y crucero protegido New Orleans (3.600 toneladas).

guerra Massachusetts
USS “Massachusetts”

LA ESCUADRA DE MANIOBRAS.-

La escuadra de maniobras, reunida en Hong-Kong al mando del Comodoro Dewey, con los cruceros acorazados Olimpia (5.800 toneladas), Baltimore (4.413 toneladas); cruceros protegidos Raleigh (3.183 toneladas), Boston (3.000 toneladas), Concord (1.700 toneladas); cañonera Petrel (892 toneladas); aviso Mc’ Culloch; transportes Zafiro y Naushaií, y vapor de ruedas Monscacy.

LA DIVISIÓN DEL ATLÁNTICO NORTE.-

La división del Atlántico del Norte, á las órdenes del Comodoro Howell, que tenía por base de operaciones Princetown, compuesta del crucero San Francisco (4.078 toneladas), cruceros protegidos Colunibia (7.375 toneladas), buque ariete Katahdin (2.155 toneladas) y vapores auxiliares Yankee, Dixie, Prairie y Yosemite.

LA ESCUADRA DEL PACIFICO.-

La escuadra del Pacífico, á las órdenes del Almirante Miller, en San Francisco, formándola los cruceros acorazados Charleston (3.730 toneladas); Monadnock, Bennigton (1.710 toneladas); monitor Monterey (4.084 toneladas), y vapores auxiliares Albatross, Grant, Corwin, Rush, Perry, Iroquois, Vigilant y Active.

LOS ANTIGUOS MONITORES DE UNA TORRE.-

Los antiguos monitores de una torre construidos en 1875 (2.000 toneladas) en los puertos siguientes: Casikill, en Gloucester; Lehigh, en Boston; Nahaut, en New-York; Jason, Montanck, Canonicus, Mahopac, Manhattan, en League-Island (New-York); Nantucket, en Wilmington; Passaic, en Port-Royal, y el Wyandotte, en Boston.

LOS CRUCEROS AUXILIARES.-

Los cruceros auxiliares Saint-Paul (11.629 toneladas), en Fuerte Monroe; Saint-Louis (toneladas 11.629), Harward (antes New-York) y Yale (antes París), en Washington; Michigan, en Eric; cañonera Weling (1.000 toneladas), en Alaska; torpederos Gwin y Talbot (47 toneladas), en New-Port; crucero Topeka, en New-York; vapores Potomac y Choctaw, en Panzacola; Powhattan, en Mobila; Badger y Resolute, en New-York; Pensacola, en California; Golace, en Norfolk; Lancaster, en Boston.

USS «Talbot»

LOS BARCOS DEPÓSITOS.-

Los barcos depósitos, como el Iranklyn, Independence, Vermont, Wabash y Richmond, y los buques-escuelas Costellation, Alliance, Mohican, Saint Mary’s, Saratoga, Enterprise y FishHawk.

Por último, los buques que siguen, pueden aún ser considerados con algún valor militar según el Army and Navy Register: Chichasan, en League Island; Scorpion, en Fort Monroe; Vixen y Peoría, en League Island; Solltherby, en Boston; Armería, Maple, Suwance, Alice y Penelope, en Norfolk; Lebanoiv, Calumet y Oneida, en Boston; el Greshan, en Ogdenburg.

En construcción tenían, al declararse la guerra, los acorazados Kearsarge y Kentucky (11.525 toneladas) , botados al agua el 30 de Abril; el acorazado Alabama (11.000 toneladas), botado el 18 de Mayo, y sobre gradas los acorazados Illinois y Wisconsin (11.000 toneladas), llevándose en todos ellos los trabajos con gran actividad y poniéndose las quillas á otros varios del tipo del Alabama.

Los barcos americanos de las escuadras de operaciones, son del tipo más acabado y moderno. Los acorazados y cruceros acorazados, han sido botados al agua después de 1890; sólo algunos cruceros pequeños datan de 1888. La velocidad de los acorazados es de 16 nudos; los cruceros Columbia y Minneapolis pueden llegar á 23 nudos; el Brookling y el Olimpia 21 nudos; los otros 18  á 20 nudos.

Llevan verdadera protección acorazada y potente artillería de tiro rápido, además de los cañones de grueso calibre. La flota española poseía más y mejores torpederos que la de los Estados-Unidos, pues de los 22 que éstos tenían en construcción, sólo ocho, de 150 á 182 toneladas, estaban listos al declararse la guerra; los otros 14 aún no habían sido botados al agua, y para remediar esa deficiencia  armaron de tubos lanzatorpedos algunos yachts rápidos, cual el MayFlower, y pusieron la quilla á 16 contratorpederos de 400 toneladas y 28 nudos de velocidad.

Los americanos tenían abundantes depósitos de carbón. Nosotros, hasta de eso escaseábamos, y en  cuanto a la estructura de nuestros buques de combate, hay, según parece, unanimidad de pareceres en considerarla defectuosa, no sólo en armamento, sino en condiciones defensivas, en protección acorazada,  a excepción del Colón, que contaba con coraza Harvey, pero que en cambio iba sin los cañones de grueso calibre que debían montar sus torres.

Es muy importante hacer una indicación: la de que los americanos, refractarios al corso, armaron con el nombre de auxiliares de la escuadra, numerosos vapores, que hicieron oficio de corsarios, y España, que tenía derecho al corso, anduvo tímida en tomar esa medida y no se decidió á adoptarla.

Acerca de esto, dice el Comandante D……. en el Journal des Sciences Militaires: «España se había reservado el derecho de decretar el corso y de armar corsarios, a pesar de las estipulaciones internacionales contrarias, a las cuales es verdad que no se había adherido; pero esa reserva de orden diplomático, sobre todo platónico, no pudo tener ni ha tenido hasta aquí ninguna utilidad para ella».

¡Lo habremos guardado para mejor ocasión!

La artillería americana, dejando a un lado los antiguos cañones  lisos de hierro fundido, y éstos mismos rayados y transformados a retrocarga, con tubo de hierro forjado, se viene a parar a los de acero de retrocarga de gran calibre y de calibres medios, con cierre de tornillo partido sistema Bange, rayas cuneiformes, progresivas y parabólicas, dotados con tres clases de proyectiles: perforante de acero cromado, granada ordinaria de fundición y granada de metralla Shrapnel. La actividad de los Estados Unidos en estos últimos tiempos, tanto en las construcciones navales como en la defensa de las costas, raya en lo asombroso. Los presupuestos arrojaban a final del año 1898, 1.818 piezas de grueso calibre con sus montajes y proyectiles, cuya construcción estaba entre manos, distribuidas en la forma siguiente:

  • Cañones de 40 cms……………   32
  • Cañones de 30 cms…………… 200
  • Cañones de 26 cms…………… 180
  • Cañones de 20 cms…………… 100
  • Cañones de tiro rápido…………  250

  • Morteros de 30 cms…………. 1.032
  • Morteros de 25 cms……….….    24

De tiro rápido poseen cañones de distintos sistemas, entre los que sobresalen los Canet, Hotchkiss, Driggs Scheroeder y las ametralladoras Gatling.

La artillería que montaban las escuadras:

guerra Cañones-Españoles2
guerra Cañones-Americanos2

Queda demostrado, por la simple inspección de esas tablas, que la escuadra americana tenía doble número de cañones que la de  Cervera, con el aditamento de que ésta sólo disponía de seis cañones de gran calibre (28 cm.), y aquélla contaba 14 de calibre superior a esos seis (33 y 30 cm.) y 38 de 20 cm., de los cuales no montaban  ninguno nuestros barcos, en los que el calibre desciende  rápidamente de 28 á 14 cm.

No se toma en consideración la artillería de tiro rápido que llevaban el Gloucester, Resolute y Wisen, porque no se conoce a ciencia cierta el número y calibre de sus cañones, pero siempre habrán de sumar cifra muy superior a la que tenían el Plutón y Furor, que en compensación, tampoco se pone en la cuenta.

Los buques americanos podían disparar con todas sus piezas, y los nuestros, sin contar el entorpecimiento gravísimo debido a los incendios, no tenían medio de utilizar más que los cañones de la banda de babor. Se cifra una proporción de 4 a 3 para acrecentar el triunfo, haciendo ver mayores dificultades que las que realmente había que resolver. Si la proporción de fuerza hubiese sido esa, se tendría la seguridad de que la batalla naval de Santiago de Cuba no les hubiese salido tan favorable.

EL TANTO POR CIENTO DE IMPACTOS.-

El número aproximado de proyectiles que recibieron los barcos de la escuadra de Cervera, fluctúe entre 180 y 200 y que el de proyectiles disparados se acerque á 6.000, llegase a la proporción, muy aproximada, de 3 por 100 de blancos, proporción que ha sido calificada por algunos, de muy reducida, atribuyendo la pequeñez del guarismo que la representa, a torpeza de los apuntadores americanos, despilfarro de municiones ,y a la inutilidad de los cañones de grueso calibre.

De la relación entre 6.000 disparos y 200 blancos resulta que de cada 30 de éstos se aprovechó uno, y que con 200 impactos pueden destruirse seis buques, pero en este caso, hay que tener en cuenta la facilidad con que se realizó el ataque del enemigo, sin pérdidas ni averías, en medio de una colosal fortuna y con superioridad grande de fuerza. Faltan, además, datos completos para poder apreciar la eficacia del tiro por calibres, puesto que, no sólo se desconoce el número de disparos por cada calibre hechos, y el efecto detallado que cada proyectil de distinto calibre causó, sino que también los cálculos de los contrarios disminuyen en la mitad el número de cañones suyos que hicieron fuego, con ánimo, al parecer, de aumentar el tanto por ciento de blancos por cañón y ensalzar la victoria, agregando que 200 proyectiles, bien puestos, bastan para destruir seis barcos de guerra.

EL TIRO RÁPIDO Y EL GRAN CALIBRE.-

Parecía imposible que el tiro rápido adquiriese otro concepto que el significado por la repetición en las armas portátiles. Luego, fué tímidamente extendiéndose la influencia de la rapidez del fuego, a los cañones de muy pequeño calibre (37 y 57 mm.), y más tarde alcanzó a las piezas de montaña y campaña (7 a 8 centímetros), dando después un salto prodigioso que le hizo subir a los cañones de calibres medios, hasta 15 cm.

No sólo se construyen cañones de tiro rápido de 20 cm., sino que se pretende atraer al mismo camino o sistema, las piezas de gran calibre. El tiro rápido, está caracterizado por el cartucho metálico, que lleva en conjunto la carga de pólvora y el proyectil, y esa clase de cartuchos, dadas las dimensiones y el gran peso de las cargas y proyectiles de los cañones de fuerte calibre, es probable que encuentre dificultades de fabricación, y como por otra parte, aunque se lleguen a vencer, nunca dejarán de ofrecerse verdaderos obstáculos en el manejo de esos pesos, que harán inevitable la calma y la pérdida de tiempo en las operaciones de carga, de aquí, sin duda, que no se pueda calificar las gruesas piezas así perfeccionadas, como de tiro rápido, sino que se les aplique la clasificación de cañones de tiro semi rápido o de carga rápida, dando a entender que, sin llegar a una aceleración del fuego análoga a la que se obtiene en los pequeños y medianos calibres, se consigue merced a los nuevos mecanismos e inventos, reducir mucho el tiempo invertido en las penosas manipulaciones de la carga, sin que ello suponga que el conjunto de la pólvora y el proyectil vayan congregados en un solo bloc, aunque no sea posible negar que eso se logre, porque tales son los adelantos de la industria, que ya no debe pronunciarse nunca la palabra imposible.

Tendremos, por tanto, piezas de gran calibre de tiro semi rápido, como ya existen de tiro rápido de los calibres medios hasta 20 cm., y para conseguirlo,  se reduce en lo posible el calibraje de los cañones. Pero también ocurre, que esta opinión, que no ha de tardar mucho en hacerse efectiva en el armamento de las naves que en adelante se construyan, lleva en sí el inconveniente del gran consumo de municiones que el tiro rápido acarrea.

En contra de los gruesos cañones de 305 y 330 mm., que no pudiendo hacer más que un solo disparo cada seis a ocho minutos, quedan en desventaja al lado de los cañones de tiro rápido de menor calibre; en este mismo combate de Santiago de Cuba, se puede marcar, que el Oregon, el Indiana y el Texas, no hicieron uso de los cañones de grueso calibre (330 mm.), sin embargo el Iowa disparó 31 proyectiles de grueso calibre. Con argumentación lógica, eso ha de ser lo más usual y corriente en el combate.

Con el crecimiento de las dimensiones y del peso de las piezas, crece el espacio que ocupan, crece la cantidad de coraza, dificulta el servicio y el municionamiento, se produce un problema de mecánica difícil de resolver, porque esos enormes pesos sobre las cubiertas, perjudican a la estabilidad de la nave, y son la eterna pesadilla de los Comandantes de los barcos.

LOS PROYECTILES.-

Para dar idea de la estructura de estos proyectiles, el que representa la figura más abajo se reseña, es de un proyectil de 20 centímetros, de las piezas cuyos efectos han sido más ensalzados en el combate naval de Santiago de Cuba, y a las que los americanos atribuyen el papel principal en la destrucción de nuestra escuadra.

Son de acero. Los perforantes llevan la ojiva endurecida, revelando haber sido fundida en matrices metálicas; tienen gran capacidad, y el ánima parece haberse obtenido por embutición. Todos los que se estudiaron en situ, contenían pólvora fina de caza, algo parduzca, apisonada, muy rompedora y viva, y que al arder produce mucha llama. La explosión se efectúa por lo general en tiras longitudinales, escupiendo, casi siempre, el culote completo, cortado á raíz, y quedando suelto como si fuera una gruesa arandela. Se recogieron muchos sin reventar, por defecto de las espoletas.

proyectil-nuevo

El proyectil a que se refiere el dibujo, lleva el culote separado y sujeto a rosca, y en el centro de él va el alojamiento para la espoleta, que también aparece en el plano. Esta es de percusión, muy parecida a la antiguamente reglamentaria en nuestra Artillería, y la abundancia de proyectiles cogidos sin explotar hace su apología. En los de 10 centímetros, no está el culote superpuesto a rosca, sino que más bien se nota en el corte, que ha sido soldado y embutido a presión, después de haber obtenido por embutición el hueco interior del proyectil.

Los de 57 y 37 mm. no presentan diferencias esenciales con los nuestros de igual clase. Todos, lo mismo los de grueso calibre que los de pequeño, llevan una sola banda de forzamiento y parecen muy bien construidos. Principalmente la calidad de la fundición y forja y la gama de endurecimiento de las ojivas, que se nota troceándolos, son inmejorables, y dicen muy alto en favor de las fábricas de donde salieron. No así las espoletas, que, según antes indicamos, son toscas y defectuosas.

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