La artillería naval es el conjunto de armas de guerra de un buque pensadas para disparar a largas distancias empleando una carga explosiva impulsora.
ASPECTOS TECNICOS DEL MISIL:
ASPECTOS TÉCNICOS, HISTÓRICOS Y CURIOSIDADES POCO CONOCIDAS SOBRE MISILES:
Sistemas de guiado avanzados:
TERCOM (Terrain Contour Matching): Usado en misiles de crucero como el Tomahawk. Compara el relieve del terreno con mapas preprogramados usando un radar altimétrico. Funciona incluso sin GPS, lo que lo hace resistente a interferencias.
DSMAC (Digital Scene Matching Area Correlator): Complementa al TERCOM con cámaras ópticas para comparar imágenes del terreno en tiempo real con una base de datos, ajustando la trayectoria con precisión submétrica.
Guiado por constelaciones estelares: Misiles balísticos intercontinentales (ICBM) como el LGM-118 Peacekeeper usaban sistemas de navegación astro-inercial para corregir su trayectoria mediante la posición de las estrellas.
Misiles guiados con inteligencia artificial (IA). Los misiles guiados con inteligencia artificial (IA) representan una evolución significativa en la tecnología militar, combinando sistemas de orientación avanzados con algoritmos de IA para mejorar la precisión, adaptabilidad y autonomía en el campo de batalla.
https://tienphong.vn/tomahawk-su-gia-chien-tranh-cua-my-post628309.tpo
Propulsión exótica:
Motores «scramjet»: Utilizados en misiles hipersónicos (Mach 5+). No tienen partes móviles: el aire entra a velocidades supersónicas, se mezcla con combustible y se enciende en una cámara de combustión aerodinámica. Ejemplo: el misil ruso 3M22 Tsirkon.
Propulsores «fríos»: Algunos misiles lanzados desde submarinos (como el UGM-133 Trident II) usan un sistema de «cold launch», donde un gas comprimido expulsa el misil al agua antes de encender el motor, evitando dañar el submarino.
Tecnología de ojivas:
MIRV (Multiple Independently Targetable Reentry Vehicle): Un solo misil balístico despliega múltiples ojivas nucleares que pueden atacar objetivos separados. El LGM-30 Minuteman III lleva hasta 3, mientras que el RS-28 Sarmat ruso puede llevar hasta 15.
Ojivas de penetración: Diseñadas para destruir búnkeres subterráneos, como la B61-11, que usa una carcasa reforzada con uranio empobrecido para perforar hasta 15 metros de hormigón antes de detonar.
Ojivas termobáricas: Crean una explosión de vacío que consume oxígeno (ejemplo: el misil ruso TOS-1A), ideal para túneles o cuevas.
Contramedidas y defensa:
Señuelos avanzados: Los ICBM modernos despliegan penetration aids, como globos metálicos inflables o emisores de radiofrecuencia, para confundir los sistemas de defensa antimisiles.
Interceptores cinéticos: Sistemas como el SM-3 estadounidense destruyen misiles en el espacio exterior mediante impacto directo (sin explosivos), usando sensores infrarrojos para guiarse.
Armas de energía dirigida: El programa HELWS de Raytheon usa láseres de fibra óptica montados en vehículos para quemar motores o sistemas de guiado de misiles en pleno vuelo.
Materiales y desafíos técnicos:
Ablación térmica: Los misiles hipersónicos enfrentan temperaturas de hasta 2,200°C. Soluciones incluyen recubrimientos cerámicos (como los usados en el AGM-183A ARRW) o aleaciones de tantalio.
Problema del «blackout» de plasma: Durante el reingreso atmosférico, el calor ioniza el aire, bloqueando señales de GPS. Algunos misiles usan antenas de radiofrecuencia especiales o ajustan su trayectoria para reducir este efecto.
Curiosidades históricas:
Proyecto Pluto (EE.UU., años 60): Un misil de crucero nuclear con motor de reactor nuclear no blindado, que irradiaría todo a su paso mientras volaba bajo el radar. Fue cancelado por su inhumanidad.
Misiles de crucero con palomas: Durante la Segunda Guerra Mundial, el psicólogo B.F. Skinner propuso guiar misiles con palomas entrenadas para picotear un objetivo en una pantalla, controlando las superficies de vuelo. El proyecto «Project Pigeon» nunca se implementó.
Tendencias futuras:
Hypersonic Glide Vehicles (HGV): Vehículos no balísticos como el Avangard ruso o el DF-ZF chino, que maniobran en la atmósfera superior a Mach 20, evitando radares tradicionales.
Enjambres de misiles cooperativos: Proyectos como el «Loyal Wingman» australiano exploran misiles que comparten datos en tiempo real para saturar defensas enemigas.