La artillería naval es el conjunto de armas de guerra de un buque pensadas para disparar a largas distancias empleando una carga explosiva impulsora.
CARGA, POSICIONES DOTACIÓN, FUEGO Y RECARGA PARA LOS CAÑONES DE GRUESO CALIBRE:
La gran atención que se le prestó en los últimos años a todo lo que tenía relación con la Artillería Naval, condujo a útiles e importantes modificaciones, tanto en el modo de combatir como en el de manejar y cargar los cañones. Estas modificaciones se han hecho anticuadas, aunque de reciente fecha, el ejercicio publicado en 1834, el cual ha sido necesario arreglar de nuevo. Los principales adelantos en el modo de combatir son las alzas, llaves de percusión, fulminantes, cuñas de detención y tacos de anillo cortados. Las alzas han dado a las punterías una exactitud, facilidad y rapidez a que jamás se había llegado antes. Es verdad que en combates a corta distancia, cuando la visión está oscurecida por el humo, se disminuyen las ventajas del alza aunque todavía proporciona una buena indicación; pero todas aquellas ventajas se recobran cuando por la distancia al objeto el fuego es lento y el humo se disipa con la brisa.
La llave de percusión de construcción tan sólida y uso tan sencillo, y los fulminantes, han reemplazado con gran ventaja a las llaves de chispa y estopines ordinarios. Con dichas llaves y fulminantes ha desaparecido el uso del chifle que causaba tantos accidentes y dilataba la operación de cebar. El fuego es instantáneo, y las descomposiciones de la llave más raras y más fáciles de reparar. La mecha solo se usa por precaución. Las cuñas de detención, que se usan en las baterías de costa, son también un adelanto importante y se manejan con facilidad: también se ha abandonado casi enteramente el uso del pie de cabra que era tan engorroso, causaba heridas y destrozaba las cubiertas.
El taco de anillo, al cual se corta un pedazo de cerca de ocho décimos de pulgada, tiene la gran ventaja de facilitar la introducción simultánea de toda la carga y de ocupar abordo muy poco espacio. Sin embargo, no se ha abolido enteramente el uso de los tacos cilíndricos, pero solo se usan en casos excepcionales.
Estas alteraciones han producido otras en la carga, punterías y modo de hacer fuego. En el manejo de los cañones hay una tendencia a la demasiada rapidez que es muy vituperable, porque la precipitación conduce a la inexactitud. Debe tenerse presente que con dicho manejo hay dos fases distintas: la carga y la puntería.
Nunca será demasiado el cuidado y método para hacer la puntería; el cabo de cañón en este caso debe ser todo calma y atención. La carga, al contrario, debe hacerse con toda la rapidez posible para evitar accidentes al cañón y artilleros.
La puntería debe ser lenta, cuidadosa y melódica. Es indudable que en igualdad de circunstancias en un combate, la ventaja estará de parte del que cargue más pronto: y si por la proximidad de los buques la puntería es solamente una parte accesoria, la victoria será del que tenga su gente adiestrada en cargar con más prontitud. Por consiguiente:
La puntería debe ser lenta, cuidadosa y metódica.
La carga debe hacerse con toda la rapidez posible.
Con este objeto empleamos dos cargadores y la introducción simultánea de toda la carga. La asistencia de los dos cargadores para pasar la lanada, cargar y atacar, hace estas operaciones prontas y seguras. La forma del cartucho ordinario no permite hacer uso de la carga simultánea en los cañones recamarados; pero esta dificultad ha sido vencida dándoles una nueva figura, que permite hacer uso con esta clase de cañones, del mismo método de carga que con los demás.
ZAFARRANCHO DE COMBATE:
Al toque de esta voz indica que se hagan todos los preparativos necesarios para combate, tanto en la maniobra como en el servicio de la artillería. Al momento que se oiga este toque las tripulaciones cubren sus piezas de la banda que se indique, las destrincan y traen los pertrechos según indica la siguiente tabla:
A LA VOZ DE CUBRIR UNA SOLA BANDA:
Debe observarse un silencio absoluto. Se prohíbe toda conversación inútil frente del enemigo. Los cabos de cañón dan frente a las portas, los sirvientes al cañón, y se alinean por los del costado guardando su vista fija sobre el cabo, los pies unidos y los brazos caídos a los costados.
DESTRINQUEN LA ARTILLERÍA Y QUITEN LOS TAPABOCAS.-
El primer sirviente de la derecha saca el tapaboca y lo coloca a su espalda; el cabo de cañón ayudado por los otros sirvientes, lo destrinca y lo aguanta en batería pasando por encima del cascabel las tiras de los palanquines que son aguantadas por los segundos sirvientes de derecha e izquierda, quita después la planchada y la coloca detrás de los sirvientes, y levanta el martillo de la llave.
ACLAREN EL OÍDO Y CEBEN.-
El cabo de cañón toma la aguja con su mano derecha, la introduce con fuerza en el oído, se asegura de que el cartucho está en su lugar y lo rompe, abre la cacerina, toma un fulminante, lo introduce en el oído apretando la cabeza sobre el campo del fogón y vuelve a cerrar aquella
Es muy esencial oprimir la cabeza del fulminante sobre el campo del fogón, para que el golpe del martillo sea eficaz y no falte el tiro. Si no hubiese a mano fulminantes, o se rompiese la llave, se ceba con la pólvora del chifle que el cabo debe tener colgado al hombro de izquierda á derecha, en dicho caso lo toma con esta mano, carga el dedo chico sobre el gatillo e introduce pólvora en el oído con la aguja, y después que aquel está lleno forma un pequeño reguero y lo pulveriza para asegurar que se inflame al aplicarle la mecha.
APUNTEN.-
El comandante del buque da la distancia al blanco. Si el cabo de cañón no ha recibido orden ninguna, su inteligencia debe suplir esta falta. Para dar una elevación a propósito debe saber la clase de carga que contiene el cañón. Cuando el cabo necesita elevar la culata coloca su mano izquierda sobre la faja, y mientras que sus dedos estén levantados, los sirvientes la elevan, cuando baja los dedos debe arriarse la culata, pero poco a poco y con regularidad, de suerte que el cabo pueda seguir con facilidad la línea de mira y forzar la cuña cuando tiene la elevación necesaria.
Primer tiempo. El cabo de cañón eleva el alza hasta el grado indicado por el oficial y según la carga que contiene el cañón; se coloca a la derecha del palanquín de retirada con el pie izquierdo adelantado y doblando la rodilla; la pierna derecha extendida, la mano izquierda sobre la faja de la culata y la derecha agarrando la cuña. Los terceros sirvientes de cada banda, ayudados por los cuartos en las piezas de grueso calibre (de á 24 para arriba) toman los espeques, los colocan en las escaletas, y elevan o bajan la culata según las órdenes del cabo, hasta que el cañón esté en la dirección oportuna, esto es, hasta que la línea de mira coincida todo lo posible con el objeto, cuando está el buque en la mitad de su balance (cuando durante el balance la línea de mira pasa a una distancia igual hacia arriba y hacia abajo del objeto).
Si la puntería es muy oblicua, el cabo comienza por hacer ronzar hacia proa o hacia popa hasta que se halle casi en la dirección requerida; entonces corrige la elevación y espera al segundo tiempo para rectificar la puntería.
Segundo tiempo. Los mismos números colocan sus espeques debajo de los pezones para ronzar el cañón a derecha o izquierda según las órdenes del cabo; éste se endereza y zafa del cascabel las tiras de los palanquines; ordena a los que no están ocupados en apuntar que aguantan el cañón contra la porta, y se retira con rapidez a toda la extensión de la piola que agarra con su mano derecha; rectifica la visual inclinándose y conservando en una misma línea su ojo, la parte alta del alza, la pínula y el objeto.
Tercer tiempo. Tan pronto como está hecha la puntería el cabo da la voz de listo; se retiran los espeques de los pezones y vuelven a su posición los sirvientes que los manejan, colocándose en línea con los otros y dejando descansar en la cubierta las uñas de aquellos, zafas de los pezones de los ejes.
Hay diferentes modos de apuntar:
Horizontal.- Conservando el cañón en esta posición y al centro de la porta.
Directo.- El cañón al centro de la porta, pero el eje fuera de la horizontal, según la distancia.
Oblicuo.- Cuando al apuntar es necesario ronzar hacia proa o popa, lo cual se da a entender con la voz de “punterías de caza” o retirada para expresar que los cañones deben ronzarse todo lo posible.
De lleno.- Cuando se apunta como para dar en el casco del enemigo cerca del palo mayor.
A la línea de agua.- Apuntando como para dar en ella. En este modo de hacer fuego puede sacarse ventaja del balance del enemigo hacia la parte opuesta.
A desarbolar.- Pero esta es una práctica muy incierta que hace que se pierdan casi todas las balas, siendo de los más graves errores que se cometieron y ahora está casi enteramente abandonada. Solamente debe hacerse por orden expresa del Comandante del buque, y en tal caso se apuntará principalmente a las jaretas del trinquete.
El tiro directo.- Cuando la bala hiere al objeto sin haber tocado antes en ninguna parte.
De rebote.- Cuando la bala toca en el agua antes de herir al objeto. Este método, que algunas veces es muy ventajoso, debe usarse principalmente cuando la mar está llana.
De enfilada o de flanco.- Cuando la bala atraviesa de popa a proa o al contrario, y diagonal, cuando la bala lleva la dirección de serviola a aleta, o en sentido inverso.
FUEGO.-
El cabo de cañón jamás debe disparar si no tiene enfilado el objeto o si no están claras las batas de los palanquines. El disparar al azar solo sirve para gastar municiones, calentar el cañón, fatigar a la gente, hacer humo y perder tiempo inútilmente. Solo se debe hacer fuego cuando se está seguro de la puntería.
Para que el fulminante se inflame es preciso que el martillo caiga de lleno sobre su cabeza, para asegurar que suceda esto, el cabo tendrá la piola extendida, su mano en línea con el martillo y dará un tirón fuerte y sin sacudida.
Primer tiempo. El cabo de cañón espera hasta que el movimiento del buque hace coincidir el objeto con su línea de mira: cuando este momento está próximo hace una seña y dispara, tirando con fuerza de la piola. A la señal del cabo, los sirvientes que aguantan los palanquines los largan, dejándolos zafos de los ejes; los de los espeques apoyan estos en la cubierta; los demás sirvientes, excepto los cargadores que son los que están más próximos a la amurada, corren a la tira del palanquín de retenida y halan de él hasta tesar el braguero.
Los primeros sirvientes (cargadores) de derecha e izquierda toman las cuñas de detención y tan pronto como la cureña está zafa de la porta las introducen debajo de las ruedas: el cabo de cañón recoge la piola y medio monta la llave. El último sirviente de la izquierda muerde la beta del palanquín de retenida y los otros pasan a sus puestos. Cuando después de disparar no hay peligro de que el cañón se corra y entre otra vez en batería, pueden los segundos sirvientes atender a las cuñas; entonces los primeros pasan inmediatamente el pie por encima del braguero para pasar la lanada, y el segundo de la derecha está más pronto listo para entregarla.
Segundo tiempo. Los terceros sirvientes de derecha e izquierda, ayudados por los cuartos en los cañones de grueso calibre, toman los espeques y elevan o bajan la culata para que el cabo coloque el cañón en la mejor posición para la carga: los otros sirvientes adujan las tiras de los palanquines; se retiran los espeques y todos reasumen su primera posición.
TAPEN EL OÍDO, PASEN LA LANADA Y DEN EL ATACADOR.-
Es muy importante tapar bien el oído para extinguir bien cualquier fuego que pueda haber quedado en el ánima e incendiar el cartucho inopinadamente. Esto es de la mayor importancia y, por muy rápido que sea el fuego, jamás el cabo de cañón debe dejar de taparlo, mientras que los cargadores están delante de la boca.
Primer tiempo. El cabo de cañón toma la aguja con su mano derecha y la introduce con fuerza en el oído asegurándose de que este está claro: entonces lo tapa con el dedo pulgar de la mano izquierda hasta que el cañón esté cargado, no descubriéndolo para ver si el cartucho ha llegado a su lugar, hasta que los cargadores están zafos de la boca. Los primeros sirvientes (cargadores) pasan el pie por encima del palanquín y braguero; el segundo sirviente de la derecha entrega la lanada al primero, que la introduce con fuerza en la pieza, y entonces se coloca el atacador entre los dos cargadores, descansando el asta en el batiporte y la cabeza en la cubierta tocando al eje delantero.
Segundo tiempo. Los dos cargadores dan vueltas a la lanada en el fondo del ánima, de modo que se haga también uso del sacatrapos que está colocado en el centro de la feminela; después la retiran dándole vueltas y le dan algunos golpes en la parte inferior de la joya, para que suelte el polvo, etc. El cargador de la derecha la entrega al segundo sirviente y toma el atacador con su mano izquierda. El cabo de cañón introduce una aguja en el oído, y si no está claro, da la voz de lanada y se vuelve a pasar esta del mismo modo. El cabo aclara el oído. El último sirviente de la derecha limpia el martillo de la llave é inspecciona las cabezas del atacador y lanada; las tiras de los palanquines se pasan a los dos últimos sirvientes, que las tienden en la cubierta.
CARGUEN.-
El cargador de la izquierda da media vuelta hacia este lado recibe el cartucho del proveedor y lo introduce con el culillo hacia dentro; introduce después sucesivamente la bala y el taco que le son entregados por el segundo sirviente, que enseguida vuelve a su puesto. Durante esto, el cargador de la derecha cuida si es necesario de que la carga no se salga del cañón, colocando para esto su mano derecha delante de la boca.
Tan pronto como se ha introducido la carga, los dos cargadores la llevan con fuerza hasta el fondo del ánima con movimientos sucesivos del atacador a toda la extensión del brazo, oprimiéndola fuertemente al llegar al fondo. El cargador de la derecha se asegura de que ha llegado por una señal hecha en el asta del atacador y lo anuncia al cabo dando un golpe sobre la pieza, coloca su mano izquierda sobre la joya y extiende el brazo izquierdo listo para atacar: el de la izquierda se coloca en una posición semejante.
Así que el proveedor ha entregado el cartucho, va a buscar otro llevando el guarda-cartucho debajo del brazo izquierdo y la mano derecha puesta sobre la tapa.
Si el cartucho se rompe dentro del ánima, se hace uso de un taco cilíndrico para apretar la pólvora. El culillo se introduce hacia el fondo porque de otro modo el moño de la ligadura podría hacer que el cartucho no llegase al fondo del ánima, ó dejase pedazos encendidos.
Nunca debe hacerse uso de más de una bala, si se hace uso de bala y metralla, esta debe introducirse la última, y en este caso se usa un taco cilíndrico. El taco es siempre el último a introducirse, sean cuantos quieran los proyectiles solamente se usa un taco, y nunca sobre el cartucho, porque esto disminuye el alcance, aumenta el retroceso y hace más larga la carga.
ATAQUEN.-
Los cargadores dan dos golpes de atacador; el de la izquierda vuelve a su puesto el de la derecha retira el atacador y lo entrega al segundo sirviente que lo coloca en la cubierta: el cargador vuelve a su puesto.
Hecho esto, el cabo rompe el cartucho con la aguja; si este no ha llegado da la voz de ataquen y se repite esta operación. Al mismo tiempo el último sirviente de la izquierda, coloca el espeque en la argolla de guía listo para que el cabo conserve el cañón al medio de la porta al entrar en batería, corre en seguida al palanquín de retenida, desmuerde la beta y la aguanta en su mano para arriarla cuando sea necesario.
El último sirviente de la derecha y el más inmediato al de la izquierda dan a los demás las tiras de los palanquines y los cargadores cuidan de que las cuñas de detención no presenten dificultad para retirarlas. Si el combate continua, empieza de nuevo desde la segunda voz después de romper el cartucho.
No se debe atacar con demasiada fuerza porque la pólvora pulverizada arde con más lentitud que en grano, y produce menos alcance, y porque es más fácil que el culillo del cartucho quede en el fondo, lo cual es peligroso para el cartucho subsiguiente.
EN BATERÍA.-
Primer tiempo. El cabo de cañón toma con su mano izquierda el espeque, cuidando de guiar el cañón al centro de la porta. Los cargadores retiran las cuñas de detención y las colocan a su espalda y suspenden el braguero para mantenerlo claro.
Segundo tiempo. El cabo hace una señal para meter en batería el cañón y los sirvientes halan de los palanquines. Hecho esto el cuarto sirviente de la izquierda desarma el espeque y lo coloca en la cubierta. El cabo ceba y aguanta el cañón en batería pasando por encima del cascabel las tiras de los palanquines que son aguantadas por los segundos sirvientes de ambas bandas. Se ganará tiempo colocando el fulminante en el oído en el momento de romper el cartucho: pero en combate debe dejarse a la inteligencia del cabo de cañón que cebe a cualquier tiempo conveniente antes de que el cañón entre en batería.
PONGAN LOS TAPABOCAS Y TRINQUEN LA ARTILLERÍA.-
Primer tiempo. El tercer sirviente de la derecha entrega la planchada al cabo de cañón que la coloca sobre la culata y hace que el último sirviente aguante las tiras de los palanquines; aboza el seno del braguero entre los pezones del eje y palanquines, y a los últimos se les da vuelta redonda al cascabel.
Segundo tiempo. El cargador de la derecha pone el tapaboca, los otros sirvientes adujan las vetas de los palanquines, y el último de la izquierda desengancha el de retenida y le pone a un lado; todos los efectos que se han traído de los pañoles, y que no deben estar en la cubierta, son llevados a su lugar por los mismos que los han traído.
A LA VOZ DE CUBRIR AMBAS BANDAS:
Estando cubierta una banda cubrir la otra.
Los cabos de los cañones que se desalojan, que son los pares si está cubierta la banda de estribor y los nones si es la de babor, dejan la cacerina sobre el cascabel, el último sirviente deja también la Planchada y demás efectos.
“Los cañones se empiezan a numerar desde proa”.
FLANCO DERECHO E IZQUIERDO.-
Los sirvientes de derecha e izquierda de los cañones que se desalojan, se preparan para pasar al cañón correspondiente de la banda opuesta. Los tres primeros sirvientes de la derecha de los cañones restantes giran a la izquierda y el primero de la izquierda a la derecha.
MARCHEN.-
Los cabos de los cañones que se desalojan, que han dado media vuelta, pasan con su gente al cañón correspondiente de la otra banda y se separan, pasando los tres primeros sirvientes de la derecha al cañón de su derecha, haciendo el primero las veces de cabo, el segundo de cargador de la derecha, y el tercero de la izquierda. Los cabos que quedaron en sus cañones dejan la planchada con los efectos portátiles y envían al cañón de su derecha ahora vacante a los tres primeros sirvientes de su derecha, haciendo el primero las veces de cabo, el segundo de cargador de la derecha y el tercero de la izquierda.
Los cargadores de la derecha, que hacen ahora las veces de cabos, toman la denominación de cabos provisionales y los que son efectivos la de cabos titulares. En cada uno de los cañones en donde hay un cabo titular, el primer sirviente de la izquierda queda de cargador de la derecha, y el segundo de cargador de la izquierda.
Cada cabo al llegar a su cañón toma la cacerina, dedal o tapa-fogón y la planchada. Las lanadas y atacadores se pasan a la izquierda de los cañones en toda la batería. El cabo quita la planchada y hace sacar los tapabocas.
PRIMERA PARTE:
CABOS TITULARES…. ACLAREN EL OÍDO Y CEBEN.-
Solamente ceban los cabos titulares después de meter en batería sus cañones, si ya no lo estuviesen.
CABOS TITULARES….. APUNTEN.-
Los cabos titulares hacen todos los movimientos marcados para apuntar.
CABOS TITULARES….. FUEGO.-
Los cabos titulares esperan el momento favorable y disparan; sacan el cañón de batería ayudados de los otros sirvientes, y muerden ellos mismos la beta del palanquin de retenida.
NÚMEROS VOLANTES….. CAMBIAR DE PUESTO.-
Los cabos que acaban de disparar conservan solamente consigo a los dos cargadores y al proveedor. Todos los demás sirvientes, que se llaman números volantes, pasan al cañón de su derecha ocupando en él los mismos puestos que tienen en el otro, si el cañón está dentro, el último sirviente de la izquierda atiende al palanquín de retenida para meterlo en batería.
SEGUNDA PARTE:
CABOS TITULARES….. TAPEN EL OÍDO Y PASEN LA LANADA.-
El cabo tapa el oído, el cargador de la izquierda da al de la derecha, que se acerca a la boca, la lanada de la cual hace uso el último. Mientras tanto el de la izquierda coloca el atacador al alcance del de la derecha, con el asta sobre el batiporte y la cabeza tocando al eje delantero. El cargador de la derecha vuelve la lanada al de la izquierda, que la coloca en la cubierta antes de pasar a ayudar al de la derecha.
CABOS PROVISIONALES………… EN BATERÍA, ACLAREN OÍDO Y CEBEN.-
Los cabos meten en batería y ceban.
CABOS TITULARES….. CARGUEN.-
El cargador de la izquierda recibe del proveedor el cartucho que introduce en el ánima, el dela derecha, que ha tomado el atacador desde el momento que dejó la lanada, aguanta el cartucho para que no se caiga al agua. Después de entregar el cartucho, el proveedor tercia a la espalda el guarda-cartucho y desempeña las funciones de segundo sirviente de la izquierda. Después lo toma debajo del brazo y se va á buscar pólvora llevándola al cañón que se ha disparado. Los cargadores introducen la carga, ven si ha llegado al fondo y se disponen para atacar.
CABOS PROVISIONALES….. APUNTEN.-
Los cabos provisionales hacen todos los movimientos que se han indicado para apuntar.
CABOS TITULARES….. ATAQUEN.-
Los cargadores atacan.
CABOS PROVISIONALES…. FUEGO.-
El cabo dispara y muerde la beta del palanquin de retenida.
NÚMEROS VOLANTES……….. CAMBIAR DE PUESTOS.-
Los números volantes vuelven, como ya se ha explicado, a los cañones de los cabos titulares. Para continuar el ejercicio se aplicarán alternativamente las mismas voces a los cabos titulares y provisionales.
PARA FINALIZAR.-
Si hubiese un número de cañones impar, en el último se maniobrará como si el opuesto fuese el de su derecha. Todas las lanadas y atacadores se pasan a la vez del lado derecho al izquierdo de los cañones, observándose todos por el de popa.
Cuando en combate se da la voz de cubrir ambas bandas, los cabos dan a los demás sirvientes la orden de marchar, pero ellos no se mueven hasta que son relevados. Los cabos de cañón que quedan en sus puestos envían inmediatamente los tres sirvientes al cañón de su derecha para continuar cargándolo.
Se hace cesar el fuego, se cargan los cañones que no lo estén y se meten en batería, excepto los de la primera que se dejan dentro. Los números volantes se reúnen inmediatamente en los cañones de los cabos titulares, para evitar confusión en el caso de que haya que cubrir la otra banda. Si durante el fuego a discreción se diese la voz de cubrir Ia batería de babor o estribor, los cabos que desalojan sus cañones los cargan y meten en batería, si es en las cubiertas superiores, pero si fuese en la primera batería, los dejan dentro y en seguida pasan al cañón opuesto sin esperar más orden.
Los cabos que quedan en sus cañones continúan el fuego, y los cabos provisionales no se reúnen a sus titulares hasta que son relevados por los cabos de la otra banda.